Logopedia y autismo

El lenguaje es una parte muy importante de la comunicación, tanto a nivel verbal como no verbal. Los niños autistas poseen carencias en la comunicación social, esto se puede trasladar también al lenguaje verbal, gestual y corporal. A las dificultades que presentan en las relaciones sociales hay que añadirles las comunicativas, lo que hace que sea todavía mas difícil que estos niños se relacionen adecuadamente.

child-covering-its-ears-witch-cubes-spelling-out-autismMillá y Mulas (2009) señalan que “El autismo es un trastorno del desarrollo complejo que afecta a las habilidades y competencias cognitivas, emocionales y sociales, con etiología múltiple y de variada gravedad”. Por ello, la intervención de este alumnado debe ser global. Los contenidos a tratar en la intervención se establecerán a partir de los resultados de la evaluación diagnostica.

Cualquier programa de intervención, sobre todo los de intervención temprana, debe incidir sobre tres áreas claramente relacionadas pero que requieren atención especifica: el niño, la familia y el entorno.  Los tratamientos más eficaces se basan en una intervención:

  • La más temprana posible
  • Especializada, con formación especifica de los profesionales
  • Basada en el conocimiento de las características de las personas con autismo
  • Intensiva, especialmente en los primeros años de tratamiento
  • Que emplee una metodología rigurosa de enseñanza y sistemas empíricos de valoración de la eficacia
  • Que implique a la familia en los objetivos y sistemas de enseñanza.

Los tratamientos se centran en una intervención logopedica adecuada y ajustada al proprio alumno e incluye básicamente:

  • Intervención en el área social: a través de normas sociales de comportamiento en el aula, en el medico, en el autobús… Además de normas para saber como relacionarse (diálogos, establecer juegos…) con sus iguales y adultos.
  • Intervención comunicativa: para mejorar las habilidades verbales y no verbales, tanto para expresar lo que desea, lo que siente, lo que rechaza… y para la comprensión del mundo que le rodea, los cambios que en él se suceden, de rutinas, actividades diarias, personas con las que está…

Existen programas amplios de intervención ( TEACCH, PECS, PCT, etc.) que abarcan estrategias generales de tratamiento, especialmente desde una perspectiva educativa, no son excluyentes entre sí. Junto con estos programas, es preciso abordad el tipo de enseñanza que recibirán los niños con autismo, decidiendo, si es conveniente la educación normalizada con apoyo escolar y/o extra-escolar, la educación en un centro de integración o la educación en un centro especializado. Independientemente del programa elegido y del tipo de educación más conveniente, en el tratamiento de las personas con autismo son imprescindibles las técnicas de modificación de conducta.

Los principios reguladores en la atención temprana:

  • Necesidad de establecer un vínculo afectivo entre el niño y el terapeuta.
  • Enfatizar el desarrollo de competencias socio-comunicativas básicas.
  • Crear situaciones de aprendizaje con un carácter lúdico y altamente motivantes.
  • Partir de los intereses y preferencias del proprio niño.
  • Trabajar en situaciones lo más naturales posible y ofrecer posibilidades de generalización de los aprendizaje.
  • Fomentar la adquisición de aprendizajes funcionales: todo lo aprendido debe ser útil y contribuir para provocar cambios deseados o efectos buscados.

Estructurar el entorno mediante el uso de anticipadores visuales. Se ha extendido el uso de las “agendas visuales” que facilitan la anticipación y comprensión de la secuencia de actividades diarias y de los sucesos más relevantes del día. El uso de estas agendas contribuye a poner orden en el/su mundo y a mejorar aspectos relacionados con su bienestar emocional.

Centrarse en objetivos positivos, más que en los negativos. Emplear técnicas de control positivo (i.e. basadas en las consecuencias positivas o refuerzos positivos) incluso cuando el objetivo es reducir comportamientos problema. Ofrecer todas las ayudas necesarias y promover el aprendizaje sin errores. Es preciso adaptar las tareas al nivel evolutivo del niño y dividir las actividades y los objetivos en pasos sucesivos.

La intervención, desde el momento del diagnostico, tiene un carácter especial en la familia, todos sus miembros deben recibir el apoyo necesario en un momento critico de sus vidas, y si es posible desde su propia comunidad. La familia es, tanto aliada del proceso de intervención, como objetivo de dicha intervención. Se pretende llegar a la cohesión familiar ofreciendo apoyos y acompañamiento desde el equipo de profesionales. El objetivo de dicha intervención, según Millá y Mula (2009) es “ayudar a los padres a superar las distintas fases del proceso de asunción de la nueva realidad y atender a sus demandas y necesidades de información y formación.

Objetivos principales de la intervención con la familia:

  • Proponer información sobre autismo, su naturaleza y su posible curso de evaluación. Ofrecer apoyo emocional continuado.
  • Asesorar sobre las pautas más eficaces de estimulación del desarrollo de sus hijos y sobre el manejo de las posibles alteraciones de conducta.
  • Informar sobre la necesidad de estructurar los entornos familiares y crear situaciones que favorezca la motivación hacia la comunicación.
  • Motivar para la participación e implicación de diferentes miembros de la familia en el desarrollo y educación del niño.
  • Orientar sobre los recursos educativos y terapéuticos existentes.

Asesorar ante posible conflictos relacionados con los procedimientos educativos que se deben emplear en el entorno familia

Áreas de desarrollo y objetivos de la intervención:

Según M.S. Fortea-Sevilla, et al.:

  • Comportamiento y habilidades básicas
  • Aumentar los tiempos de espera
  • Focalizar y mantener la atención en una actividad
  • Responder a órdenes sencillas y contextualizadas
  • Extinguir las conductas inadecuadas
  • Aumentar la variedad en la ingesta de alimentos
  • Cognición y simbolización
  • Desarrollar los primeros juegos funcionales y simbólicos
  • Imitar los modelos motores simples
  • Ejecutar juegos de coordinación oculomanual de forma ordenada y secuenciada
  • Reconocer el esquema corporal
  • Lenguaje y comunicación
  • Señalar y vocalizar conjuntamente
  • Imitar sonidos y sílabas
  • Discriminar receptiva y expresivamente sí-no con función aceptación-rechazo mediante la modalidad gestual y verbal
  • Fomentar la imitación de sonidos y palabras
  • Favorecer el desarrollo del lenguaje oral espontáneo
  • Socioemocional
  • Desarrollar juegos circulares de interacción social recíproca
  • Potenciar gestos de saludo, despedida, beso o sonrisa social
  • Desarrollar capacidades de referencia
  • Reconocer emociones básicas en sí mismo y en otros
  • Favorecer las habilidades de interacción social con iguales, por iniciativa propia y como respuesta a las que otros inician

El logopeda debe plantearse un doble objetivo:

  • enseñar un repertorio de palabras, signos
  • enseñar a hacer un uso adecuado de estos códigos en el medio social en que viven (emplear el lenguaje de forma espontánea, adecuada a la situación, en diversidad de contextos y para una multiplicidad de fines…).

Es la comunicación, antes que el lenguaje oral, el objetivo principal de la intervención. Aunque la comunicación generalmente lleva implícitamente el uso de un lenguaje como el español, chino o un sistema de signos, no depende del lenguaje en exclusiva (e. g. señalando un objeto podemos hacer que alguien lo mire; alzando los brazos un niño pequeño puede hacer que lo cojan o sonriendo una persona puede comunicar sentimientos de bienestar).

A la hora de intervenir con aquellos pacientes  que no pueden llegar a utilizar el lenguaje de forma oral podemos y debemos desarrollar un Sistema Alternativo o Aumentativo de Comunicación (SAAC) que se utilizan para potenciar la comunicación nunca para dejar de utilizar el lenguaje oral.

Con todo lo visto, se puede concluir diciendo que la sintomatología del autismo es diversa y que la intervención debe abordarse teniendo en cuenta la especificidad de cada caso para que sea efectiva, las sesiones deben de ser individualizadas y estructuradas y sobre todo debe ser intensivos en los primeros años. Es necesario conseguir que las personas clave en la educación del niño o de la niña, familiares y profesionales, aprovechen todas las oportunidades naturales para aplicar el plan individualizado.

Decir que la detección temprana de los síntomas de estas alteraciones es vital y que también es muy importante una evaluación e intervención de personal cualificado.

Las alteraciones conductuales más llamativas de estos niños afectan al área de la comunicación y de la interacción social.

Hoy en día se puede hacer mucho para el bienestar de los niños autistas, integrarlos en centros específicos, ofrecerles la mejor terapia/atención posible, enseñar a las familias las necesidades básicas del niño autista que la colaboración de ellos es fundamental y es necesaria una adecuada coordinación ya que en casa se debe trabajar sobre contenidos asimilados para reforzarlos, pero los padres no deben convertirse en logopedas.

 

 

 

Bibliografía
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BASIL, C. (1984): Sistemas de comunicación no vocal y desarrollo cognitivo. Revista de Logopedia y Fonoaudiología, vol. 6, n. 3, 142-154.
BASIL, C. (1988). Sistemas de comunicación no-vocal: clasificación y conceptos básicos. En C. BASIL y R. PUIG (Eds.), Comunicación Aumentativa. Madrid: INSERSO.
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MESIBOV, G. Y HOWLEY, M. (2010). El acceso al currículo por alumnos con trastornos del espectro autista. Avila: Autismo Avila
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LOVAAS, I. (1990). Enseñanza de niños con trastornos del desarrollo. Barcelona: Martínez Roca.
 LUCIANO, M.C. (1996). Manual de Psicología Clínica: infancia y adolescencia. Valencia: Promolibro.
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